El campo vuelve a salir al rescate de las reservas en el momento justo. La cosecha de trigo 2025/26 finaliza con rendimientos excepcionales en la zona núcleo, gracias a un clima que acompañó durante el invierno y la primavera. Se estiman casi 19 millones de toneladas, un volumen que permite abastecer el mercado interno y volcar un saldo exportable masivo al mundo. Los barcos ya se cargan en Rosario y Bahía Blanca, y la liquidación de divisas ha comenzado a fluir hacia las arcas del Banco Central.
Se calcula que el ingreso de dólares por el trigo alcanzará los US$ 2.500 millones entre diciembre y enero. Este “puente de plata” es vital para que el Gobierno transite los meses de verano —donde cae la liquidación de soja— sin sobresaltos cambiarios y sin tener que restringir importaciones. Los productores, incentivados por la baja de retenciones programada, están vendiendo el grano con fluidez, financiando así la campaña gruesa que se viene.
El éxito de la fina confirma la recuperación definitiva del sector tras la sequía histórica de años anteriores. Con tecnología de punta y fertilización adecuada (ahora más barata por la apertura de importaciones), el agro demuestra una vez más su capacidad de resiliencia y su rol insustituible como motor de la macroeconomía argentina.









